Reflexiones en torno al vedrinismo

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El profesor Bergson Rosario, en su libro El Vedrinismo (2014), ofrece una rica documentación histórica y literaria de lo que fue un movimiento peculiar y cuyo origen se remonta las dos primeras décadas del siglo XX en la República Dominicana. En este libro se explica que el vedrinismo proviene del aviador francés Jules Vedrines, piloto que había llamado la atención del poeta y narrador dominicano Otilio Vigil Díaz por su manera cabriolada de pilotar un avión.

Jules Vedrines, aviador francés

Vigil Díaz, inspirado en las piruetas de Vedrines, nombra uno de sus textos "Poema vedrinista", aludiendo a un tipo de poesía libre de toda normativa establecida, algo similar a las cabriolas de Vedrines. Sin embargo, esta fue una acción inocente del poeta que no tuvo la intención (o mejor dicho, pretención) de considerase creador de un movimiento literario.

De hecho, según los datos ofrecidos por Rosario, los críticos no se ponen del todo de acuerdo respecto a si Vigil Díaz fue o no el creador del vedrinismo, porque el mismo escritor renegó de él. Y es que el poeta rechazaba toda forma de encasillamiento clasificatorio (y autopocramarse "vedrinista" sería básicamente eso). Vigil Díaz simplemente buscaba la libertad del quehacer poético sin tener que acoplarse a ninguna regla.

Respetando la posición del autor, considero que lo que sí podemos afirmar es que, aunque no fue su creador, Otilio Vigil Díaz fue el precursor del vedrinismo, pues introdujo el término en el país. Además, como señalan algunos autores citados por Rosario, el verdadero creador del vedrinismo como movimiento literario en sentido estricto fue el sancristobalense Zacarías Espinal, quien se autoproclamó seguidor tanto de esta corriente como de la poesía de Vigil Díaz.

Otilio Vigil Díaz
Zacarías Espinal

Este movimiento dio apertura a la era vanguardista en nuestro país. Sin embargo no goza de dicho reconocimiento, pues es un movimiento definido por la crítica como “unipersonal” (solo tenía un seguidor: Zacarías Espinal). De hecho, por esta razón existen cuestionantes de orden ontológico sobre si debe o no considerársele como movimiento.

Pero más allá de esas cuestiones definitorias y academicistas, lo relevante es resaltar que en nuestro país tuvimos nuestro propio ismo vanguardista; que el vedrinismo supuso una negación de lo viejo, que se posicionó al frente de un terreno virgen y sirvió para abrir el camino a los poetas que le precedieron, independientemente de si estos últimos se identificaran o no con él.

Y a propósito de corrientes vanguardistas, es importante resaltar que todas ellas se caracterizaron por tener unos postulados teóricos que especificaban las cualidades de una obra literaria enmarcada dentro de una u otra corriente (manifiestos, artes poéticas), de manera que “el comportamiento escritural se aloja en cada poema, en cada cuento, en cada novela u otra manifestación literaria, que se convierte en una constante para identificar al autor por el aporte estético de sus obras” (Rosario, 2014). Sin embargo, Otilio Vigil Díaz, que como ya se ha dicho no fue consciente de que "fundó" un "movimiento", no escribió ningún postulado teórico. Es más, después de leer sobre su obra y su vida, me atrevería a afirmar que eso era lo último que le interesaba. Zacarías Espinal tampoco lo hizo.

No obstante, aunque no se trata de un postulado teórico como tal, en la introducción a su texto Galeras de Pafos, Vigil Díaz hace unas aseveraciones que contienen la esencia de su quehacer literario. No es de mi interés reproducir dicha introducción en este artículo, pero sí enumerar algunas de las características del vedrinismo que Bergson Rosario extrajo de ella:

  • Auténtico espíritu vanguardista al estilo europeo-francés con marcada influencia del simbolismo

Otilio Vigil Díaz viajó a Europa y tuvo contacto directo con las tendencias de las vanguardias europeas, especialmente las de Francia. En la introducción antes mencionada, cita a Charles Baudelaire quien, sin dudas, fue su principal fuente de inspiración al momento de lanzarse tras la libertad poética.

La poesía de Vigil Díaz y la de Zacarías Espinal está, en este sentido, cargada de simbolismo. En ella puede apreciarse la ruptura con el realismo y el naturalismo que caracterizó previamente la literatura hispanoamericana.

  • Musicalidad en la expresión

Antes de que surgiera el versolibrismo, la poesía estaba encasillada en ciertos cánones clasificatorios: normativas que definían la poesía, estándares a los que el poeta debía regirse. La musicalidad de las diversas formas poéticas era repetitiva. Un soneto, por novedosas que fueran sus palabras, por originales que fueran sus metáforas, no dejaba de ser un soneto y todo soneto suena a soneto. El versolibrismo supone un grandísimo aporte a la musicalidad de la poesía, porque le aporta espontaneidad.

Profesión de fe

Cansado de alambricar mi arte y mi vida, aspiro a simplificar mi vida y mi arte;
quiero realizar este milagro sin reducir mis desequilibrios ni suprimir mis carcinomas interiores;
hacer la cifra sin contarla;
tener lo mismo:
uno,
cien,
mil,
que un millón o nada;
vivir cerca de los animales,
y muy lejos de los hombres;
tener por música, la música del mar,
la música de las estrellas
y la música de mis clavicordios interiores.

—Otilio Vigil Díaz

  • Valoración del paisaje criollo

Bergson Rosario declara que todo escritor “se ve impelido a la sumisión de su propia realidad social” (Rosario, 2014, p. 13). Los poetas dominicanos, obviamente, no son la excepción a esto. En la poesía de ambos representantes del vedrinismo, es decir, tanto en la poética de Vigil Díaz como en la de Espinal, aunque hay cierta inclinación hacia lo grecolatino (como comentaré más adelante) el paisaje criollo está presente y mezclado con los aspectos clásicos.

Krelim

Esa muchacha es bonita;
¿por qué?
Porque tiene la cara llena de pecas;
el cabello oliente a aceite de higuereta;
es tuerta;
y exhala de abajo de los brazos
un olor penetrante de grajo y de loción.
Señor:
esa muchacha es bonita;
¿Por qué?
Porque tiene el alma como un pedazo
de algodón…

—Zacarías Espinal

  • Valoración eufónica de las palabras y acrobacia verbal en el seno del poema

Esta característica hace referencia a la sonoridad de las palabras más allá de significado, algo propio de las jitanjáforas, definidas por el Diccionario de la Real Academia Española como "texto carente de sentido cuyo valor estético se basa en la sonoridad y en el poder evocador de las palabras, reales o inventadas, que lo componen".

Soneto 5

Junto al bárako euferio que apelista
la diápesis narcótica de Hicrea,
responza su emperámica Hitorbea
la funcia de Kra-Zoma panevista.


Zigia-20, —Zelé, —Kranimia Hitea
Karma Ozoramia de akelión panista
que frunge su aponema panteísta
en zakos de ankoroma y Galilea.


¡Oh! Hiberazuima de Akirón-Retencio,
los ásperos responsos del silencio
en áulicos aneikos de Kauteja;


Hiperamant narcómana te infija,
como un kromelio de Tebaida vieja
en la noche boreal de tu sortija.


—Zacarías Espinal

  • Introducción y uso del versolibrismo de manera consciente

Como su nombre lo indica, se trata del uso concienzudo del verso libre. Aunque lo cierto es que poetas dominicanos que utilizaron el este tipo de escritura poética antes que Otilio Vigil Díaz y que su tardío seguidor, Zacarías Espinal (Ricardo Vicente Sánchez Lustrino y Ricardo Pérez Alfonseca). Sin embargo, si bien estos escritores no introducen esta tendencia en la poesía del país, sí fueron parte de los poetas que se apropiaron de ella.

Tímpano de la montaña

Mi querida,
que es una negra retinta,
dulce y armoniosa como el cuello de una cítara
de ébano,
con pulpa de coco en la sonrisa
y esencia de mandrágora en los dobleces,
me aguardó en la talanquera
para decirme:
«el cabrón ha muerto».

En un lecho de piedras,
junto a los corrales,
pulido por su cuerpo velludo y rijoso,
está tendido el padre
y señor del aprisco.

La luna de anoche amortajó su cadáver,
y el sol de esta mañana,
calentó las esponjas de sus barbas patriarcales.

En los libros de amor de Publio Ovidio Nasón
aprendió el arte de amar,
y conquistó mil borregas
con la siringa de Pan.

Para que no coman de su lúbrica carroña
famélicos canes,
le haremos exequias griegas en la sabana.


—Otilio Vigil Díaz

  • Cultivo del poema en prosa

Esta cualidad es evidente más en la obra de Vigil Díaz que en la de Zacarías Espinal. De hecho, vemos en la obra del primero unos poemas de versificación bastante extensa que reflejan su tendencia a la prosa poética.

En el propíleo (fragmento)

(…)
Como en el exergo de una medalla cesárea, grabada tienes en la frente cretina: ¡mercader!… márchate… si no quieres que te sangre el dorso fajedéntico, con la recta cortadura de mi verbo indignado: ¡retírate, carroña! ¡carroña!
Por todos tus rebaños no cambiaré el más amorfo de mis mármoles;
guarda tu oro, con él no podrás comprar la menos bella de mis estatuitas…

—Otilio Vigil Díaz

  • Presencia del clasicismo grecolatino

Esta característica estuvo muy presente en ambos representantes. Ambos poetas aludían constantemente a dioses, semidioses y héroes griegos o latinos. De hecho, ambos hicieron referencias a otros personajes históricos y de otras mitologías, pero ambos demostraron tener mayor interés por la cultura grecolatina. En el poema Zaida Nivar, Zacarías Espinal alude a Helena:

Tienes de las princesas de Bekara
la helénica belleza,
dulce y rara que seduce con gracia y gallardía…

Otilio Vigil Díaz, por su parte, alude a Grecia y Roma en su poema Música de ayer:

Paradigma de la euritmia
quinta esencia del Indostán
de Atenas y de Roma

  • Poesía universal

Esta característica se refleja mucho en la obra de Zacarías Espinal, que incluso ha sido calificada por una parte de la crítica como incomprensible por sus múltiples referencias, el uso de las palabras procedentes de lenguas desconocidas o vocablos poco comunes.

Al verte taciturna y ponentisca,
como egeria risueña de meliampos
hierática tus ojos de horolampos,
embargaban la sombra ponentisca (…)

  • Introducción de lo humorístico y lo profano

En el poema Berceuse de Vigil Díaz se evidencia esta característica. Se observa la presencia de lo banal y cotidiano rodeado de un bello simbolismo y versificado de forma humorística.
Berceuse
Entre los picachos lejanos, muestra el plenilunio su faz ridícula de payaso obeso;
del otro lado del río, ladran los perros;
las ranas, con sus palúdicos sonsonetes, llaman agua;
en los estanques plácidos, los cisnes con el alabastro de sus cuellos interrogan el enigma de las aguas;
en los surcos, tibios aún de sol, los grillos noctívagos tocan y tocan sus agrios violines;
en la estancia vecina, un potro relincha su urgencia primaveral;
el céfiro nocturno acaricia el cáliz de los jazmines y las rosas de cien hojas;
mientras tú, indiferente a mis eróticos reclamos desfloras tus instintos maternales durmiendo en los mórbidos brazos, con lánguido berceuse, un estúpido gato de Angora…


—Otilio Vigil Díaz

  • Evasión y divorcio entre la realidad estética y la realidad histórica

Esta cualidad es propia del vanguardismo en sentido general, ya que los escritores buscaban la independencia de los temas sociales. Buscaban esa ruptura con el realismo.

Música de ayer
El instinto, el dolor; la emoción y la
música, son los elementos que fijan
y eternizan el misterio profundo de
la poesía pura.
1
Seda en los contornos,
música en el alma,
fuego en las pupilas,
en los dobleces sombras, sombras, sombras…

Como una orquídea enferma,
romántica, soñadora.

Suave como una música lejana.

Profunda como un misterio,
tejiendo sus hechizos patológicos,
cruzó por la avenida del parque
—que era plata— y al esfumarse
en la penumbra de los tilos,
prendió en mi tristeza una flor
de cicuta, negra y amarga…
Seda en los contornos,
música en el alma,
fuego en las pupilas,
en los dobleces sombras, sombras, sombras.


—Otilio Vigil Díaz

  • La mujer vista como mito del erotismo salvaje

Es una cualidad típica de la literatura en sentido general el endiosar a los seres amados independientemente del movimiento literario con que el artista se identifique, pero en el caso del vedrinismo esta característica toma especial relevancia porque se mezcla con diferentes personajes mitológicos. Por ejemplo, en el texto En el propíleo, Otilo Vigil Díaz escribe lo siguiente:

Te adoro, Afrodita, porque el Espíritu Santo está hecho a imagen de tus inmortales distintivos; te adoro, en fin, porque Jesucristo tuvo para ti una predilección gloriosa, divinizando tu sexo.

Concluyo resaltando que, el vedrinismo, más que un movimiento literario con bases doctrinarias sólidas, fue un gesto poético radical que encarnó la voluntad de ruptura y libertad expresiva en la República Dominicana de las primeras décadas del siglo XX. Su origen, inspirado en la figura del aviador Jules Védrines y canalizado por Otilio Vigil Díaz (quien nunca buscó ni aceptó erigirse como fundador) encontró en Zacarías Espinal su único seguidor autoproclamado. Pese a su carácter “unipersonal” y a las discusiones sobre su estatus como corriente, el vedrinismo introdujo elementos que lo emparentan con las vanguardias internacionales: versolibrismo consciente, musicalidad liberada de las formas tradicionales, simbolismo, acrobacia verbal, evocación del paisaje criollo, referencias al clasicismo grecolatino, humor, erotismo y una clara distancia frente a la realidad social inmediata. Aunque su impacto directo fue limitado, su importancia radica en haber abierto un espacio de experimentación estética en un contexto literario dominado por moldes rígidos, constituyendo así una puerta simbólica hacia la modernidad poética dominicana.

Referencias:


Rosario, B. (2014). El vedrinismo. Ciliya.

Espinal, Z. (2017). Crepúsculo perplejo. Editora Nacional.

Débora Parra

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